jueves, 11 de marzo de 2010

Madres, el Contra-Bandista, 11 de marzo

El programa de hoy ha comenzado con un recordatorio para todos aquellos que ayudan, que se esfuerzan, que se juegan la vida por los otros. Aquellos a los que no les aterra sacrificar su comodidad o su status, porque lo que realmente les aterra es que su comodidad y su status se asientan sobre tantísimas muertes en el tercer mundo. Yo, siguiendo el hilo de la editorial, quiero fijar mi mirada en las mujeres y más concretamente en las madres.

Las mujeres o la mayoría de ellas poseen una sensibilidad especial que las une con el mundo; no me parece casualidad que palabras como: mano, mirada, poesía, alma y justicia estén construidas en femenino. La mayoría de las mujeres que conozco reconocen, a veces sin saber muy bien porqué, que cuando peor están las cosas, cuando parece que la vida no pueda ir a peor, sacan fuerzas de no saben donde y luchan por los suyos, importándoles más su defensa que la victoria, cuidando más que no hayan bajas que la pura y dura imposición. Porque las mujeres tienden de forma natural a la comunicación, a la empatía, a la comprensión, a la cooperación, a la razón, que también son palabras en femenino, y buscan el pacto como herramienta de paz, porque, disculpen mi vocabulario, imagino que piensan que luchar por la paz es como follar por la virginidad.

Así es como veo a las mujeres y por todo esto las admiro. Cuando en la actualidad se habla de paridad política, de igualdad institucional, no puedo evitar pensar que muchas de esas mujeres no han sabido mostrar su feminismo, quizás porque lo único que hacen es actuar como lo haría un hombre en su lugar.

Ojala que en el futuro, cuando se reconstruya este país, haya mujeres que no oculten su inteligencia emocional, porque quizás la mejor receta contra la crispación, contra la impotencia, sea mirar el mundo como una mujer, como una madre, es decir con sensibilidad.

3 comentarios:

  1. No hay nada en esta vida comparable al amor que siente una madre por sus hijos. Ni nada comparable a la necesidad que tienes de ella cuando ya no está contigo. Una madre daria la vida por sus hijos sin ni siquiera dudarlo un segundo. Alguien me puede comparar estos sentimientos con algo más???? Seguro que no hay nadie.
    Una madre.

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  2. Nunca seré madre, por el simple motivo de ser un hombre. Pero como dice Pedro Almodovar al final de Todo sobre mi madre: A todas las actrices que han hecho de actrices, a todas las mujeres que actúan. A todos los hombres que actúan y se convierten en mujeres, a todas las madres.
    A mi madre.
    sólo añadir una reflexión: si las mujeres necesitan actuar, para ser como son, es porque la vida y su baile de máscaras aún no ha sabido darles el papel que les corresponde; hablo del protagonista, por supuesto.
    El contra-bandista.

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  3. Antaño se decía a menudo: ¡Madre, no hay más que una!.
    Hoy dudo que se pueda mantener dicha afirmación, con la misma rotundidad de antes. La fuerza del sentimiento materno, es incuestionable todavía y pese a las excepciones. Lo que me despierta alguna duda, es que sea una característica de "lo femenino".

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