lunes, 18 de enero de 2010

El contra-bandista, 18 de gener.

Los números son entidades abstractas que se utilizan para referirse a una cantidad. Se considera que su aparición data por el 8000 antes de Cristo, en la antigua Mesopotamia, donde se han encontrado símbolos numéricos en piezas de arcilla. Los números, a su vez, son la base de las matemáticas, esa materia de la que parece se nutran, hoy en día, la mayoría de disciplinas, tanto las científicas como las profanas. Todos, absolutamente todos, utilizamos los números, sobre todo bajo su careta estadística. Tanto es así, que me atrevería a hablar de nuestra era como la de la dictadura de los números.
Desde la guerra fría, en un intento por conseguir mayor igualdad entre las diferentes capas de la sociedad, se han establecido una serie de medidas en las que parece que seamos lo que digan los números de nosotros. Si cumplimos los objetivos establecidos por los mecanismos de poder, seremos buenos, seremos guapos, seremos divinos; por el contrario sino lo hacemos, mejor que vayamos pensando en cambiar de vida (cómo si esto fuera posible).
En Haití han muerto más de 100.000 personas, Messi ha marcado 101 goles con sólo 22 años, España tiene ya casi 4 millones de parados y subiendo. En educación, las corporaciones públicas encargadas de la gestión de sus centros también se guían por objetivos numéricos. El resultado es que los centros de educación pública han reducido temario para conseguir llegar a los objetivos; de esta forma las diferencias entre las escuelas públicas y las concertadas han aumentado, que es, precisamente, lo contrario de lo que se pretendía conseguir. Y es que, ya se sabe, las personas, los seres humanos, somos algo más que un número.

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