miércoles, 10 de febrero de 2010

Optimismo, el Contra-bandista, 10 de febrero.

Decía el gran Perich que “Un optimista es el que cree que todo tiene arreglo. Un pesimista es, en cambio, el que piensa lo mismo, pero sabe que nadie va a intentarlo.” Esta frase escrita en la revista El jueves hace más de 20 años sigue estando de rabiosa actualidad.
La incompetencia, el egoísmo, la hipocresía, la irresponsabilidad, la avaricia, parecen ser rasgos comunes en nuestros dirigentes, y aunque sabemos que las cosas pueden cambiar, no conocemos a nadie que pueda o quiera hacerlo. Hace poco más de un año Obama era para muchos, incluso para mí, la personificación de la esperanza. Las personas necesitamos creer en algo, y en medio de la peor crisis desde La Gran Depresión, Obama parecía contar con el apoyo suficiente y las ganas necesarias para hacer, de éste, un mundo mejor. Un año después el planeta parece haber despertado de aquel sueño colectivo, porque nada ha cambiado. Este mundo sigue estando gobernado por los grandes bancos. El que crea que un político posee la misma libertad que un Emilio Botín o un Rodrigo Rato se equivocan. Estos personajes actúan con la impunidad que les garantiza ser valedores del equilibrio económico, el cual, permítaseme reescribirlo, como un auténtico desequilibrio económico. Hasta que esto no cambie, unos pocos seguirán teniendo muchísimo y el resto que se las apañe como pueda.
Cuando veo el escarnio que dedican muchos medios a Zapatero, me gustaría que esos periodistas se quedaran en el paro, que éste se les agotara, que tuvieran que sobrevivir con una pensión de 427 euros; seguro que la agradecerían. En cuanto a los economistas, los verdaderos masters de este universo en crisis, sólo apuntaré las conclusiones sobre un estudio realizado por la Universidad de Bostón en el año 2006. Sólo hay dos tipos de personas absolutamente frías, absolutamente racionales, los economistas y los asesinos en serie. Después de estos resultados, me resulta difícil ser optimista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario